Ocho claves para un discurso de boda ejemplar

Existe el mismo número de personas con un miedo atroz a hablar en público que el de aquellas que parecen haber nacido para dirigirse a la multitud micrófono en mano y, tanto unos como otros, pueden ser protagonistas de momentos memorables -o dramáticos- si dejamos su participación en nuestra boda en manos de la improvisación.

Soy de las que creo que una boda debe resultar lo más personal posible y ¿qué mejor detalle para aportar emoción a un enlace que la oportunidad que se presenta -tanto a los novios como a sus invitados más cercanos- de poder expresar en voz alta lo que para ellos significa ese día?

Sin embargo, es importante no perder de vista algunos criterios que garantizarán que el momento de los discursos sea ameno, emotivo y especial.

 

Fotografía © Lorena San José

 

1. Tener claro qué se quiere contar y cuál es el momento apropiado para ello 

Esta idea parece obvia, pero es fundamental que sea nuestra guía a la hora de preparar un discurso de boda, tanto si somos los novios como si éstos nos han invitado a decir unas palabras en su enlace.

¿Queremos hacer un agradecimiento?, ¿nos han pedido que hablemos sobre los novios?, ¿queremos hacer partícipes a los invitados de nuestros votos?

Algunos mensajes adquirirán un mayor significado si los expresamos durante la ceremonia mientras que otros será mejor reservarlos para los brindis del final del almuerzo o para otros momentos como la entrega del ramo. Y por supuesto, el momento en que se pronunciará el discurso marcará el tono -más distendido o solemne- con el que nos expresaremos en él.

En las ceremonias religiosas, será el sacerdote quien nos oriente sobré qué partes de la celebración pueden ser más apropiadas para que algún invitado o nosotros mismos nos dirijamos a todos los presentes.

La monición de entrada y la de salida pueden utilizarse para que los novios expresen a sus invitados lo que para ellos significa ese día, dando la bienvenida o agradeciendo su presencia en su enlace.

Además, algún familiar o amigo íntimo podrán personalizar la acción de gracias o las peticiones para que reflejen los intereses y el carácter de los novios.

En las ceremonias civiles, es sencillo incorporar pequeños discursos de familiares y amigos hablando de la pareja y el camino que han recorrido juntos hasta llegar a ese momento y, además, los novios pueden personalizar sus votos y explicarse el uno al otro qué significa para ellos el compromiso que asumen ese día.

Otro tipo de discursos -como aquellos en los que los padrinos agradecen la asistencia de los invitados, en los que las familias dan la bienvenida a su nuevo miembro o en los que queremos destacar el papel de algún amigo en nuestra relación- será mejor reservarlos para el momento de los postres, cuando el ambiente es más relajado e informal.

 

Fotografía © Ruth Roldán

 

2. Cuidar la estructura y el lenguaje del discurso

Es probable que en tu vida cotidiana no suelas redactar textos ni te dediques a hablar en público, pero te aseguro que cualquiera puede hacerse cargo de esta tarea con éxito teniendo en cuenta los siguientes consejos:

  • Antes de ponerte a escribir, anota en un papel qué ideas quieres transmitir y ordénalas de manera que cobren sentido.
  • Recuerda que todo texto debería contar con tres partes: introducción, nudo y desenlace. Busca la manera de presentar la idea principal, desarróllala y haz una pequeña conclusión.
  • Piensa en las personas que van a escuchar tu discurso y utiliza un lenguaje apropiado para tu público.
  • Utiliza frases cortas para expresar tus ideas.
  • Busca ejemplos que ilustren tus ideas para hacerte comprender mejor.

 

3. Expresar las ideas de manera natural y desde el corazón

Un error muy común es pensar que -para hablar o escribir bien- es necesario utilizar frases gradilocuentes y palabras esdrújulas, cuando no hay nada más efectivo que un mensaje sencillo que exprese con claridad la emoción que nos recorre el cuerpo en ese momento.

El truco infalible para un discurso de boda perfecto es dejar hablar al corazón y llamar a las cosas por su nombre. Calidez, cercanía y cariño son el trío de ases que te ayudarán a ganarte a los invitados con un discurso memorable.

 

4. No olvidar que el mensaje tiene que ser inclusivo

Este aspecto es determinante a la hora de conseguir que los invitados de la boda sigan con gusto tu discurso o que desconecten a  la primera.

Todos hemos asistido a bodas en las que la mejor amiga de la novia nos contaba una por una todas las aventuras de su infancia o en las que el padre del novio se centraba en ensalzar las virtudes de su hijo. Y no hemos captado los guiños ni nos hemos sentido parte de esas historias.

Es fundamental que en nuestra intervención hagamos referencia a los dos novios, aunque uno de ellos sea más especial para nosotros, y también que -si recurrimos a las anécdotas- tengamos claro que aportan algo a nuestro discurso y las expliquemos a aquellos que no conozcan tan de cerca a nuestro amigo o familiar.

 

Fotografía © JFK Imagen Social

 

5. Evitar recurrir al humor porque sí

Es probable que, al imaginarte durante tu intervención, sueñes con hacer reír a tu público, porque ese es uno de los síntomas de que les está gustando lo que cuentas; pero los monólogos cómicos es mejor dejarlos para otras ocasiones porque no hay nada más violento que alguien que pretende ser gracioso y no lo consigue.

Si en tus círculos íntimos eres conocido por tu simpatía y tu gracia natural, limítate a ser tú mismo y seguro que los invitados de la boda se reirán con gusto de tus ocurrencias habituales, pero si no destacas por tu vis cómica, es mejor que busques otro recurso para hacer ameno tu discurso.

 

6. No convertir en obligatorias las lágrimas

Por supuesto, es muy probable que novios e invitados se emocionen al escucharte hablar porque una boda es siempre un día de sentimientos a flor de piel y porque -si se te ha dado la oportunidad de dirigir unas palabras este día- es que tú también ocupas un lugar especial en el corazón de los novios.

Pero mencionar a personas que no están presentes -bien porque no han podido asistir, bien porque han fallecido- o a situaciones dolorosas y conflictos, puede ser desagradable e incómodo tanto para los novios como para alguno de los invitados.

Si por algún motivo para ti es importante hacer referencia a alguna persona o situación que pueda comprometer a los novios, siempre es mejor que les consultes qué grado de nostalgia o añoranza están dispuestos a tolerar en su boda.

 

Fotografía © Pelillos de Ratón

 

7. Controlar de forma rigurosa los tiempos y ensayar cuantas veces sea necesario

Un buen discurso de boda nunca debería durar más de 3 o 4 minutos. Con ese margen de tiempo es suficiente para hacer llegar a novios e invitados nuestras ideas de forma clara, concisa y emotiva. Por supuesto hay discursos extensos y muy efectivos, pero siempre será más recomendable pecar de breves que arriesgarnos a aburrir a aquellos que nos vayan a escuchar.

Además de calcular la duración aproximada de nuestras palabras, es imprescindible que las ensayemos varias veces para dar con el ritmo y la velocidad adecuados y así también podremos identificar aquellas frases que puedan suponernos un pequeño obstáculo -porque nos emocionan o porque nos hacen perder el hilo de lo que estamos contando-.

Lo ideal sería memorizar el texto para poder pronunciar el discurso mirando a los novios y a los invitados, porque así resultará más cercano y directo, pero siempre deberemos llevarlo por escrito con letra clara y legible para contar con un soporte de emergencia si nos traicionan los nervios.

 

8. Ante la duda, es mejor decir que no

Que cuenten contigo en una boda para participar de manera tan personal y directa en su desarrollo es un honor, pero también una gran responsabilidad, y puede suceder que te sientas sobrepasado e incapaz de pronunciar tu discurso.

Si realmente te sientes incómodo y para ti va a ser un mal trago pasar por esta experiencia, lo mejor es que hables con los novios, les agradezcas su confianza y les expliques por qué prefieres no llevar a cabo esta tarea.

Puedes aprovechar para entregarles por escrito todo aquello que te gustaría decirles de manera más íntima y en confianza; así podrán conservar el recuerdo de lo que supone para ti su enlace sin sentirte apurado.

 

Fotografía © Sara Frost

 

¿Te has sido útiles estas pautas para elaborar tu discurso de boda?

Recuerda que puedes consultarnos tus dudas y contarnos tu experiencia en los comentarios de esta entrada, ¡nos encantará leerte!

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